/* ----------------------------------------------------- Blogger Template Style Booted from wordpress to blogspot by Gecko Name: Death Designer: URL: http://www.geckoandfly.com Date: 27 April 2007 ------------------------------------------------------ */ fotografías dibujadas: junio 2007

domingo, 24 de junio de 2007

Se levanta y busca en su almohada un sueño olvidado tiempo atrás. Busca con lentitud forzada evitando el momento de reconocer que aquel sueño ya no está. Sobre la alfombra restos de letras, ni siquiera letras enteras, podrían ser de cualquier idioma, de cualquier lugar. Y en algún rincón escondido una flor marchita que pronto se desvanecerá en el instante de ser encontrada, dejando sobre la mano que la tome un trozo diminuto de lo que fue un pétalo de una rosa roja. Ella, casi flotando, camina unos pasos, los pies descalzos, el cuerpo liviano, vestida con un suéter largo y medias de seda negra. La piel muy blanca y el pelo largo y sobre su cabeza una nube de ideas que ya no piensa y pronto se aleja. Una música lenta, sin letra, sólo melodía que vuela en el aire espeso de la habitación. Y dentro de ella aquel alma extraña que viene de otro mundo y por eso no comprende aquel lugar. Y ella sospecha, no lo sabe, pero sospecha y aquella duda la hace temblar. Un miedo extraño de una verdad desconocida y tan incierta como todas las demás. Un giro inesperado de un lunes que comienza para ser vivido como un día más. Y sin embargo, camina despacio, escuchando, pensando, queriendo encontrar algo más allá que le dé un motivo para creer que cada segundo puede ser eternidad.

lunes, 18 de junio de 2007

ÉL: (le habla a ella que lo mira y no dice nada, como si le respondiera con la mirada y él pudiera escuchar su voz)
Que bueno verte.
¿cómo estás?
Si, yo también.
Y además...
Claro.
No, no, pero igual vos sabes que es así.
¿Estas escribiendo? Me muero por leerlo, debe ser bueno.
No, sí, es que...
Y claro, a veces, de pronto, sin motivos.
Y sin embargo...
¿qué pensas?
ELLA: “Tengo miedo de escribir. Es tan peligroso. Quien lo ha intentado lo sabe. Peligro de hurgar en lo que está oculto, pues el mundo no está en la superficie, está oculto en sus raíces sumergidas en las profundidades del mar. Para escribir tengo que instalarme en el vacío. En este vacío donde existo intuitivamente. Pero es un vacío terriblemente peligroso: de él saco sangre. Soy un escritor que tiene miedo de la celada de las palabras: las palabras que digo esconden otras: ¿cuáles? Tal vez las diga. Escribir es una piedra lanzada en lo hondo del pozo.
Esto no es un lamento, es un grito de ave rapaz. Irisada e intranquila. El beso en el rostro muerto. “
ÉL: ¿Y si pudiera ser cierto lo de quedarnos acá atrapados?
ELLA: “Yo escribo como si fuera para salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia
vida. Vivir es una especie de locura que la muerte hace. Vivan los muertos porque en
ellos vivimos.”
ÉL: Podrías probar con salvar la mi vida. Rescatarme de lo aburrido de la cotidianeidad, de los sucesos repetidos y cosas con las que no puedo sentir nada más que el vacío que me produce la acumulación de cosas superfluas. En cambio vos, hablas y me corre una sensación por el cuerpo, no podría decirte cual, depende de la ocasión.
No sé si es verdad, si te invente, si te veo como te quise ver porque necesite que así fuera.
ELLA: “De repente las cosas ya no necesitan tener sentido. Me satisfago en ser. ¿Tú eres? Estoy seguro de que sí. El sin sentido de las cosas me produce una sonrisa de complacencia. Sin duda todo debe estar siendo lo que es.”
ÉL: Y sólo es el acá y ahora, después todo se desvanece, pero ahora solo existimos nosotros dos en este lugar indefinido.
¿Qué día es hoy?
ELLA: “Hoy es un día de nada. Hoy es hora cero. ¿Existe acaso un número que no es nada? ¿Qué es menos de cero?, ¿qué empieza en lo que nunca empezó porque siempre era? ¿Y era antes de siempre? Me ato a esta ausencia vital y rejuvenezco por entero, al mismo tiempo contenido y total. Redondo es el inicio y sin fin, yo soy el punto antes del cero y el punto final. Del cero al infinito voy caminando sin parar. Pero al mismo tiempo todo es tan fugaz. Yo siempre fui e inmediatamente ya no era.”
ÉL: No quiero volver, no quiero recordar. No quiero caer en lo que siempre es y de lo que no puedo escapar. Quiero estar más allá, o más acá, o en algún lugar, o no lugar. Resumir las cosas y obviar todas las idas y vueltas innecesarias, no decirte nada, que no me digas nada, que no necesitemos palabras.
ELLA: “El día corre fuera a la deriva y hay abismos de silencio en mí. La sombra de mi alma es el cuerpo. El cuerpo es la sombra de mi alma. Este libro es mi sombra. Pido permiso para pasar. Me siento culpable cuando no os obedezco. Soy feliz a la hora equivocada. Infeliz cuando todos bailan.”
ÉL: Y vos me hablas como en otro idioma, como si no me escucharás, te siento tan lejos pero también... Estás cerca, estás acá conmigo a pesar de no ser vos... O en parte, o... No importa ya.
ELLA: “No, no es fácil escribir. Es duro como partir rocas. Pero saltan chispas y astillas como aceros pulidos.”
ÉL: No me importa. Sólo interesa esta verdad momentánea. Esta verdad.
ELLA: “Yo quisiera escribir un libro ¿Pero dónde están las palabras? Se han agotado los significados. Como sordos y mudos nos comunicamos con las manos.”
ÉL: Falta poco. (la abraza asustado) no me dejes, no me dejes.
ELLA: “Yo escribo y así me libro de mí y puedo entonces descansar.”
ÉL: Es todo demasiado complicado, como pretender ser muchas personas al mismo tiempo, y todas se cruzan, sus vidas, sus historias, sus sentimientos, todas se meten en los momentos equivocados, queriendo ser y no ser al mismo tiempo.
ELLA: Y damos demasiadas vueltas. Hablamos y cada vez sabemos y entendemos menos.
ÉL: No digamos nada entonces.
ELLA: Yo sé que esto se acaba y Clara se queda. A veces quiero tardar un poco más en encontrar la salida, aunque siempre sé donde está, pero me engaño fingiendo olvidar.
ÉL: No te vayas.
ELLA: No puedo quedarme.
ÉL: No quiero que te vayas.
ELLA: Es así, es parte de juego, y a nosotros nos gusta jugarlo. No falta mucho.
ÉL: ¿cuánto?
ELLA: No sé, algunas líneas.
ÉL: Decilas más lento, estira las palabras.
ELLA: (se ríe) Es inútil.
ÉL: Shhh, no digas nada, no avancemos.
ELLA: No tendría sentido jugar a algo que no fuera un juego.
ÉL: Que modo complicado de decirme las cosas.
ELLA: Pensa que si sabemos salir también sabemos entrar.
ÉL: Pero en ese tiempo, que estamos afuera, las cosas se vuelven aburridas, frívolas, reiteradas, rutinarias, no lo soporto.
ELLA: Pero vos sabes que podes volver, y que yo voy a estar.
ÉL: ¿Vos?
ELLA: Sí yo, ella, nosotras... Yo.
ÉL: (se ríe, se le acerca y la acaricia) Ya termina, ¿no?
ELLA: Sí.
ÉL: Entonces dejame llevarme un beso, para conservar el sabor de lo que nunca existió en mis labios y saber, que de un modo extraño, ha sido cierto.
(ÉL se le acerca con intención de besarla, ELLA pone un dedo en sus labios impidiendo el beso)
ELLA: Mejor llevate el sabor del beso no dado, así yo me aseguro que vuelvas, que vuelvas para buscarlo.
ÉL: Voy a volver. Pero quizás con otra voz y una nueva mirada, otra historia detrás, pero la misma intención de robarte un beso... O quizás una lágrima, o una sonrisa, o un grito furioso... O simplemente un suspiro.
ELLA: O solamente, sencillamente, esos segundos mágicos, donde nos sentimos libres... Pequeños espacios entre las palabras... Silencios... Donde decimos tanto.

Telón.



*Entre los míos hay textos de Clarice Lispector: los colocados entre comillas y utilizados por el personaje de “ELLA”.

domingo, 17 de junio de 2007















un café y una lágrima
que no tiene motivo
y sin embargo llegó
una línea que busca ser dicha
y me pregunta
¿cuanto falta?
sólo unas palabras
unos pasos
y se acaba.


y después vuelve a empezar
una repetición automática
de los acontecimientos
la misma risa
la misma lágrima
y el mismo final
tu mano,
entre las mías,
reír, abrazar.
y un cuento que quiero que no lo sea
y un desenlace que quiero evitar


vivir
y sentir,
soñar y volar
y tus ojos extraños
que a veces no conozco
y otras...
son parte de mi

domingo, 3 de junio de 2007



"Nuevamente hace mucho que no me escribe.
Quiero saber que piensa, en quién piensa, porque llora y porque ríe.
¿Es mucho lo que pretendo saber?"


“Escribime de vez en cuando. Me gusta que me escribas. Y cuando no recibo nada tuyo me siento como en un dialogo inconcluso, absurdo. No importa lo que digas, sólo que digas algo, saber que estás ahí, en algún lado, y en algún momento del día pensaste en mi, aunque ni siquiera sepas quién soy.”


. { Y te pido perdón por alguna mentira sin sentido que haya dicho alguna vez fruto de una inmadurez alimentada por un “te quiero” que no pude pronunciar en los momentos oportunos. Es una disculpa sincera y tal vez también dirigida a mi misma, procurando disculparme por idioteces cometidas que ahora buscan una justificación racional que me haga olvidar el tiempo perdido en caminos equivocados. } .

Las aguas se calman siempre que se agitan. Lo que el viento soplando violento desparramó, vuelve a su lugar cuando el aire vuelve a estar quieto. Quieto, tan quieto, que casi se vuelve pesado, haciendo difícil respirar.
Es cierto aquello de que el tiempo cura las heridas. El tiempo hace olvidar, madurar.
Y sin embargo siempre quedan huellas de lo pasado. Y hay veces en que no es que algo haya cambiado. Sino que, como a todo, como siempre, nos acostumbramos, nos amoldamos, nos remodelamos de acuerdo a la nueva estructura. ¿Será casi biológico? Es un mecanismo de subsistencia, de evolución de especies, readaptarse a los medios, dejar atrás lo innecesario, añadir cosas que nos sirvan para seguir adelante. Porque, después de todo, en un principio somos humanos. Y claro, después seres humanos con ética y moral y todas esas cosas que comienzan cuando empezamos a pensar.













Se despertó con otra voz, otro pelo, y una canción que no pudo reconocer. Miró alrededor y todo fue lejano, ya no era suyo, o sí, lo era, pero eran cosas de ayer. Sintió una nostalgia apresurada, repentina. Caminó unos pasos por la habitación, respiró profundo, antes de marcharse. Y no, es que es que se fue, y sin embargo nunca volvió. Escribió unas palabras nunca antes dichas, y se extraño de sí misma, pero fue sólo un segundo, un instante de vacilación para luego tener una repentina madurez de aceptación. Asimilación del nuevo día que se asoma, del crepúsculo que traerá sorpresas, y ahora quiere descubrirlas. Quiere correr, para sentir la libertad en su cara, en sus manos, en la piel. Quiere volar para volver a creer. Por la ventana se ven unas nubes rosadas que trae el alba y le hablan de otro lugar, recitan una poesía absurda en un lenguaje desconocido, pero que la hacen sonreír como si de pronto lo comprendiera a pesar de no poderlo explicar, la comprensión de una sensación, un estado particular, que no es una fórmula, ni conclusión filosófica o científica, no es nada más que una mirada nueva que no fue tuya hasta ese instante en el que descubriste ese modo de ver. Y lo supo cuando rompió con sus propias ideas y obstáculos y se reinvento en un reflejo igual y tan diferente a la vez que le gustó reconocer como su propia creación.


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