fotografías dibujadas

Llega desde algún lado y la carcome
Le come el cerebro
Le va dando mordiscos a su masa gris
Mordiscos finos
Tenedor y cuchillo, bocados pequeños
La estúpida apariencia que nos oculta
Tapados de mierda pintada de colores
Con estrellas dibujadas en la cara para no mirar el cielo
Espejos rotos
Se choca siempre con la misma pared
Nena caprichosa
Querer no es necesitar
No dormir no es despertar
Cachetadas en la cara
Sangras espuma blanca
Sangras grasa de las capitales
Las manos húmedas quedan bajo la almohada
Que nadie las vea, que nadie las huela
Nena tonta, ahogando los gritos, los pasos,
Esquivando sonidos, llamados, pieles
Hay debajo del colchón sangre coagulada
Esas heridas tapadas por el tiempo
Sangre tibia en el desierto
Sos un grano de arena más
Y tu llanto no es más que agua salada cayendo en tus mejillas
¿te acordas como llorar?
A veces lo olvida
Se rompe la cabeza contra la pared
-de nuevo la misma-
Sangre azul
-no de príncipes, de tinta-
Naufragio en un barco de papel
Tantos años perdida
En el fondo de mar se vive tan bien
Los peces de colores cantan ¿no sabías?
Te come un tiburón grande y te destroza las tripas después
Y te comemos al horno con papas en la cena.

Se descompone, se tambalea, va a morir ¿Qué hace todavía aquí? Ya le perdió el sentido a todas las cosas, reprocha incoherencias, cosas que no se dicen, cosas que no se tocan, con el fuego no se juega. Presión baja, o muy alta, presión peligrosa, respirar entrecortado, pero sigue respirando todavía y no entiendo porque. Se lo digo pero no sé si me escucha, escucha difuso o no me querrá escuchar (odio que siempre se ponga en victima). Su piel esta tan blanca que da escalofríos y sin embargo los dedos de su mano se mueven lentamente y no sé para que si ya nada puede tocar, nada puede tener. Me quita espacio a mi, me quita aire, me roba instantes, estos que estoy acá mirándola como agoniza y no termina de morir. ¿por qué no me deja ya en paz? Parece como si quisiera decir algo, pongo la música más fuerte, que las palabras se las lleve al más allá, claro ella ahora se va y pretende que yo deba quedarme con sus conclusiones agobiantes, cargándolas como mías. Camina unos pasos, se la ve tan frágil, liviana que casi flota o cae rotunda al suelo en dos segundos más. Pero no cae. Consigue sostenerse a tiempo, recuperar el equilibrio, volver a ver las formas que la rodean y sus colores por cinco minutos más. Tus uñas están violetas, ¿no te da pena que yo las tenga que mirar? Y quisiera escapar y no puedo, no mirar y no puedo, romperlo en mil pedazos y cuando estoy por hacerlo dudo, es que dicen que después son siete años de mala suerte.

“Lo que escribo es una mierda”

(Poniendo las cosas en su lugar!)

-escrito originalmente en un rollo de papel higienico-


Quiero saber en que parte exacta del planeta tierra estás y en segundo lugar si en dicho espacio geográfico venden helados de limón. En caso afirmativo puede que te valla a buscar mañana (el “puede” es porque depende de cuanto tiempo tarde en meter todos mis sueños de debajo de la almohada en valijas).
Ahora, si tu respuesta en negativa me veré obligada a consultar las cartas del tarot (no sé muy bien cuáles, las de la señora en la plaza de Juramento no me gustan ¿existen variedades?) para ver si los planetas están alineados de manera favorable para el translado de mi cuerpo-alma a través de mi mapa Rivadavia (físico y con división política, tamaño tres).

¿A que sabe tu saliva? Eso es lo que me tendrías que haber contado la primera vez que nos vimos, no todas esas cosas que modulaba tu boca y me llegaron como un silbido de serpiente. (¿Las serpientes silban? Lo saqué de Harry Potter me parece).
De todos modos te puedo escribir todo un rollo de cocina con ese silbido que emitiste y ahora vos ya ni recordas su significado.

¿Cuánto tardas en pronunciar mi nombre?
¿Dos segundos?
Proba...
Pone el cronómetro.
¿Y el tuyo?
Multiplica el tuyo por cien. Todo ese tiempo me haces perder por día. Multiplicalo por una semana, por un mes, por un año!

Me harté
me resulto agotadora...
Explicame -con detalle- métodos para salir de mi.
Uno dos tres ¿por qué carajo sigo aquí?
Robo espacio al aire, la porción que ocupa mi cuerpo... Y ni siquiera sé el motivo exacto.
Ella gravita los extremos.
Péndulo.
Mira la pared mojada de humedad, verde, sucia.

¿Tu sangre es dulce?
Tus ojos me asustan.
Maliciosamente lindos.
Maliciosamente.
Maliciosamente.
Maliciosamente.
Yo sólo era un grano de arena del desierto.
El mundo es un globo terraqueo, el planeta tierra una burda imitación de éste.
Cielo.
Cielo.
Cielo.
Infinito.
Estoy atrapada en un agujero negro.

Ella esconde sus secretos en el fondo del mar. Cofres de perlas que nadie encontrará. Es mejor que nadie vea, que nadie sepa, podrían pensar que tiene cola de sirena. Se calla, se acumulan cofres en el fondo del mar, por eso cada año avanza dos centímetros más.

Sábana húmeda, mano húmeda, esa suciedad sí es humana, asquerosamente humana. Y yo no es que pretenda de vos nada sobrenatural.
¿Qué se te cruza por la cabeza cuando acabas?
Estás transpirado. Te cae el sudor por el pecho.
¿Qué es más verdad?
¿El gusto de cosas intangibles, las mariposas (!) en la panza, las mil cursilerías baratas o el gusto de tu semen?
En mi mano se ve asqueroso perdón que te lo diga... Te juro que si hubiera seguido mi impulso me lo hubiera limpiado en tu saco, hacete cargo de tus propios fluidos.
Y unos segundos antes me estaba aburriendo tanto la verdad! “¿Cuánto tardas en acabar?”
Sí, no sé, un ataque de histeria repentino mientras mi mano seguía el movimiento rítmico.
Pero no es histeria generalizada, es hiper ultra necesaria la aclaración. No vallas a creer que me aburriría de vos!
De echo te estoy escribiendo todo un rollo de papel higiénico ¿no soy un amor?
...
....
.....
Esta bien fue una decisión totalmente egoísta, es que escribir en líneas estipuladas en un papel o alguno de otros elementos cotidianos me aburrió tanto!...
Tengo tantas cosas para corregir por aquí cerquita... Pero hace tanto calor y el decir “mañana” siempre me deja tranquila. En el momento siempre tengo una excusa mejor. Estúpida mi vergüenza berreta.
Cobarde.
Cobarde.
Cobarde.
Claro que nunca te lo dije.
¿Sino para que lo escribiría?
No es dejar testimonio de lo que dije, ni escribir un libreto para mañana.

Que estúpida la conversación telefónica de ayer!
Mis monosílabos afirmativo o negativos como única respuesta. ¡Es que tus manos son tan repugnantes!
Y ese perfume me da nauseas! Es tan vulgar, fuerte, me descompone, me retuerce el estómago. A esta altura no sé si lo estoy inventado ahora pero siento que ese perfume coincidía con el sabor de tu boca...
Pobrecita, yo te entiendo, intenta salir ilesa de todo eso, completita vos.
No sé, sensación asqueante y me vuelvo irritable, susceptible.
Quisiera alguien cómo vos (a vos en primer lugar) que me abrace cada vez que lo necesite.
Te abrazo tan poco!
Mucho menos de lo imprescindible!

Todo es parte de mi imaginación. Y no me interesa si me discutís que no. Las opiniones llamadas objetivas necesitan subjetividad para ser formuladas. Todo pasa por el filtro de todo lo que tenemos adentro antes de dar un juicio. No existe realidad alguna. No existe esa cosa que llamas de esa forma con la definición que consideras correcta. Existen miles de ideas propias influenciadas por otras que dan vueltas. Todas las cosas tienen su identidad inventada, nuestra historia metida adentro mientras proclamamos que esa era su esencia. ¡Cómo podemos saberlo! No existe manera. Como si una hormiga quisiera tener un sentimiento. Nosotros tan egocéntricos pretendemos poderlo todo. Y hablamos tanto que creemos que todo podemos saberlo, llamarlo de tal o cuál modo, y al final no es más que eso, es el modo en que concensuamos llamar a las cosas, la historia que les atribuimos, sus objetivos, lo que es bueno o malo. ¡Cómo si lo bueno o malo existiera por si solo! ¿Qué es acaso? No es nada. Un calificativo hacia un determinado grupo de cosas que impusimos llamando a esa imposición objetiva, creyendo estúpidamente que lo objetivo existía.

Recortar y pegar.
Ayer intentaba recordar si había llorado.
No lo recuerdo.
Pasa el tiempo en la búsqueda inventada.
Recorro pasadizos secretos.
Me pierdo.
Me divierte perderme en la gran cuidad.
La estructura “moderna” esta tan desestructurada que no sabe para donde va.
La veo rota en mil pedazos y sin saber porque.
No, creo que no lloré por vos.

Cuando vos fuiste yo ya fui y volví tantas veces!
¿Y que?
¿Qué queres que te cuente?
No había nada interesante más allá ni más acá
O será que perdí un poco mi capacidad de sorprenderme
O quizás las altas temperaturas son más fuertes que mi curiosidad
Sí, es eso, es el cambio climático, los aerosoles, el efecto invernadero...
Son los intentos de ahorro de electricidad, los cambios horarios, los planes anti secuestro,
Los robos a mano armada, los violadores que andan sueltos...
Es un poco de todo en mi cabeza menos vos
No, no, no te recuerdo
No insistas en meterte aunque tengas los ojos más hermosos del universo
Yo jamás lloré por vos.
-me di cuenta ayer 3 a.m., lo descubrí por el ruido que hacía el ventilador-

Perdón por el chiste que cruzó la raya
Perdón por los celos infundamentados
-lo cuál es relativo... te saco un listado en un rollo de papel higiénico...-
Yo sé que soy cobarde, ya lo sabía, siempre lo supe
Lo supe cuando estando al lado pensé diez veces en como mi mano podía aproximarse
Y volviendo a mi lista de papel higiénico...
No debí pensar eso, lo tiraré al río mañana
Y que vuelen papelitos por el aire
Si no hay viento llevo un ventilador para esos “efectos especiales”.

En un rato te dibujo mil proyectos que te incluyen,
Es para que elijas cuál te gusta más
-cómo para que no digas que yo quiero presionarte-

Cazando estrellas
(la que a vos más te guste)
Empecemos de nuevo
Te cuento mi nombre
Lugar de residencia
Y motivo por el cuál he venido a este mundo.

Antes cazaba mariposas, pero viven tan poco...
Sus colores se desvanecen en mi mano, y pronto mi mano manchada de colores
Cuándo era chica y vi una mariposa muerta pegada a un vidrio no me gustó
Sus alas de naranja y negro tan quietas...
Las estrellas podrían ya estar muertas, pero yo no me entero.
-y me rió de decir “muertas” pero no lo corrijo-

Quisiera seguir mis propios consejos
Cómo cuando te dije que no había que esperar algo bueno,
Que se podría salir a buscarlo
Pero mi guía T vino fallada y no me dice donde
-¿o habré arrancado la hoja para tenerla a mano y ahora la perdí?-